DIA 55 - El Mandamiento Más Importante

La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - A podcast by Julian Gamba

Hoy estaremos leyendo Números 1-2, Marcos 12:28-44 y el Salmo 39. En Números 1 y 2, Dios ordena un censo del pueblo de Israel en el desierto. Cada hombre capaz de ir a la guerra es contado según su tribu, mostrando que Dios estaba organizando a Su pueblo para avanzar hacia la Tierra Prometida. En Números 1:54, leemos: "Los israelitas hicieron todo tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés" (NTV). Este censo no era solo una cuestión de números, sino un recordatorio de que cada persona tenía un propósito en el plan de Dios.En Números 2, Dios asigna a cada tribu un lugar específico alrededor del tabernáculo. Esto nos muestra que Dios es un Dios de orden y que Su presencia debía estar en el centro de la vida del pueblo. Reflexiona: ¿Estás permitiendo que Dios ordene tu vida y sea el centro de todo lo que haces?En Marcos 12:28-44, un escriba le pregunta a Jesús cuál es el mandamiento más importante, y Jesús responde: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas" (Marcos 12:30, NTV). Luego, añade: "Ama a tu prójimo como a ti mismo" (Marcos 12:31, NTV). Jesús nos muestra que toda la Ley se resume en el amor: primero a Dios y luego a los demás.Más adelante, Jesús advierte sobre la hipocresía de los escribas, quienes disfrutaban del reconocimiento, pero oprimían a los necesitados. En contraste, vemos el acto humilde de una viuda que da dos pequeñas monedas como ofrenda. Jesús dice: "Les digo la verdad, esta viuda pobre ha dado más que todos los demás que contribuyen a la tesorería"(Marcos 12:43, NTV). Su ofrenda fue valiosa porque dio con amor y entrega total. Reflexiona: ¿Estás amando a Dios con todo tu ser y dando lo mejor de ti con un corazón sincero?En Salmo 39, David reflexiona sobre la brevedad de la vida. En el versículo 5, dice: "Has hecho mi vida tan breve como el ancho de mi mano; mi vida es un instante para ti" (Salmo 39:5, NTV). David reconoce que la vida en la tierra es pasajera y que nuestra verdadera esperanza está en Dios.En el versículo 7, declara: "Y ahora, Señor, ¿qué esperanza tengo? ¡En ti está mi esperanza!" (Salmo 39:7, NTV). Esto nos recuerda que, aunque nuestros días sean fugaces, podemos vivir con propósito si nuestra confianza está en el Señor.

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